In Memoriam

Esta página está dedicada al recuerdo de uno de los seres más queridos de mi vida…

Cuando un amigo te mira con esa mirada jamás en la vida lo puedes olvidar…

Nació en casa… En mi casa… En su casa… Un 11 de Enero de 2010. Hijo de nuestra querida Troya y hermano de 6 cachorritos más…

Todos eran bolitas negras. Una era una hembra y los otros seis eran machos. Entre los machos, era difícil saber quién era quién y les pusimos a cada uno una cinta alrededor del cuello de un color diferente. A él le tocó la de color verde.

Tenía casa asignada, pero el destino, como siempre, cambió nuestras vidas. Con algo menos de dos meses, chupó un gusano de procesionaria y en la clínica veterinaria en la que lo atendieron nos dijeron que no sabían si viviría y mucho menos que calidad de vida podría tener, pues había perdido parte de su lengua… Este hecho que, a priori, parecía una muy mala noticia, cambió radicalmente mi vida de forma positiva…

Fui a recoger el cachorrito por la noche al veterinario. Era el día de mi cumpleaños, el 23 de Febrero de aquel año y habíamos quedado con unos buenos amigos para cenar y celebrarlo. Tuve que dejar al cachorrito en casa en un parque de perros portátil y se quedó llorando y llorando…

Llegue a cenar, tarde pero en el trayecto al restaurante había tomado una decisión que cambiaría nuestras vidas (la mía y la del cachorrito de lazo verde). Cuando llegué, recuerdo que dije “Si el cachorrito sobrevive me lo quedo”. No me hicieron ni caso… pero ni caso ni caso.

Pero el cachorrito sobrevivió y explicamos a sus “dueños asignados” que no sabíamos que calidad de vida podía tener finalmente el cachorrito y que no podíamos hacernos cargo de que se lo llevaran, pues lo mismo tenía problemas para comer y/o beber cuando creciera por la falta de parte de su lengua.

Y así llegó a mi vida “Mi primer perro”. Su lazo verde, marcó su nombre, pues como siempre había llamado a cada cachorrito por el color de su lazo… ¿Por qué no seguir llamándole así? Y efectivamente así fue… Su nombre fue Verde, un nombre único como él.

Finalmente, su lengua no le dificultó en absoluto su vida, al contrario, siempre quedaba elegante en las fotos al no tener la “lengua fuera”… era su toque personal.

Y de esta forma casual, como suelen ocurrir las mejores cosas en la vida, se inició un vínculo entre dos seres que jamás se podrá romper, pues el alma de Verde seguirá siempre dentro de mi, así como la mía seguirá eternamente dentro de él.

Físicamente nos dejó el 19 de Agosto de 2022, de forma repentina, sin darnos tiempo apenas a nada… teníamos todavía tantas cosas que vivir juntos…

Este breve escrito es en su memoria, pero su enorme recuerdo está grabado en mi corazón para siempre…

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